Trece pasos a seguir para obtener resultados de un ganador aun en la crisis del Covid-19.
Durante los últimos años mucho hemos escuchado de crisis generada por una pandemia: la que se fue, la actual, la que viene, la desaceleración, la recesión, la recuperación económica y, cuando se tiene prevista la estabilidad; una nueva crisis está por comenzar. Lo cierto es que las crisis periódicas que sufre el sistema económico mundial, conjugadas con la globalización, el incremento de la competitividad, el aumento de las exigencias de los clientes, las restricciones bancarias y el dinamismo de los mercados; han hecho que los negocios vivan periodos de dificultades en los que la supervivencia de las empresas se rige por la primitiva (pero aún vigente) “ley del más fuerte”, donde el negocio más ganador es aquel que de manera ágil e inteligente se adapte a los continuos cambios del mundo y los aproveche para generar nuevos mercados de bienes y servicios.
Si bien algunos sectores han demostrado una mayor adaptabilidad y capacidad de recuperación que otros, creo que las empresas deben actuar con rapidez y determinación -e incluso anticipación- para mantenerse a flote. Sin duda tus planes para enfrentar estas dificultades ya están en marcha y queremos ayudarte en este proceso vital para tu negocio, no importa su tamaño: micro, pequeño, mediano o grande ni si es de tipo familiar o institucional.
Con base en mi experiencia y con el apoyo de especialistas y consultores de negocios, quiero ofrecerte esta sencilla y práctica guía de trece puntos, cuyo interés es proporcionarte una visión de aquellas áreas elementales que debes atender para mejorar la capacidad de tu negocio, para hacer frente a los retos económicos actuales y, además; para sacarle provecho a las dificultades derivadas de la pandemia.
Los consejos y recomendaciones que se proponen son elementales para toda buena gestión empresarial. A veces descuidamos las tareas básicas y más sencillas cuando la atención se centra en el crecimiento o en los grandes temas estratégicos. Ahora es imperativo centrarse además en lo esencial. Durante los próximos meses tu prioridad deberá ser la de implantar o recuperar la disciplina y orden en tu empresa y en tus actividades personales, ya que siempre están estrechamente ligados los problemas en ambos casos.
Si tus procesos se llevan a cabo de forma rápida y decidida; es factible que los cambios sólo te afecten de manera tangencial en el peor de los casos, ya que –inclusive- pueden ser una oportunidad de crecimiento. Las empresas bien dirigidas, estructuradas y gestionadas, encontrarán oportunidades donde otras encuentran incertidumbre.
Esta guía está pensada para ser implementada a lo largo de un año, aplica un punto a la vez (cada mes), y al final del año tu negocio tendrá la disciplina necesaria para superar las dificultades, mantenerse a flote y crecer.
- Revisa la razón de ser de tu empresa
“Todo buen funcionamiento comienza con metas claras”
Ken Blanchard
Parte de lo básico, revisa los documentos que soportan la estrategia de tu negocio: la misión, la visión y los valores. Recuerda que planteaste la misión de tu empresa como su razón de ser, la visión como lo que quieres que sea en un periodo determinado, y los valores como las cualidades con las que lo conseguirás.
Es un buen momento para analizar que tan alejado te encuentras de esos principios fundamentales que alguna vez planteaste y de ser necesario, adecuarlos a la situación actual. Además es importante que todas las acciones que tomes estén dirigidas al cumplimiento de tus objetivos estratégicos y de la visión de tu empresa. Si en tu negocio no tienes determinados estos puntos, ¿qué esperas? Establecer la misión, visión y valores es el primer paso de la planeación estratégica, en otras palabras; es el primer paso para la disciplina empresarial.
¿Qué hacer?
Debes establecer la misión, visión y valores mediante un ejercicio serio y objetivo. Recuerda que son principios fundamentales a los que debes dedicarles el tiempo adecuado tomando en cuenta a tus socios, directivos y al personal.
¿Qué evitar?
Evita exagerar, no pierdas el piso. La misión, visión y valores de tu empresa deben ser alcanzables y realistas, concretos y fácilmente recordables. Es importante que todo tu personal conozca su importancia y los asuma en la realización del trabajo.
- Controla la liquidez
“Si tus fuerzas están en orden mientras que las suyas están inmersas en el caos, si tú y tus fuerzas están con ánimo y ellos desmoralizados, entonces, aunque sean más numerosos, puedes entrar en batalla. Si tus soldados, tus fuerzas, tu estrategia y tu valor son menores que las de tu adversario, entonces debes retirarte y buscar una salida.”
Sun Tzu
El dicho se cumple: la facturación es vanidad, la utilidad es cordura y la liquidez es realidad. En tiempos difíciles es sensato pensar que el dinero puede escasear. Tus clientes pueden alargar los plazos de pago, el volumen de ventas tiende a disminuir, las utilidades se reducen y tu banco decide restringir los créditos. En resumen, la liquidez puede verse limitada. Esta situación dista mucho del escenario de mercado visto en un pasado cercano. Durante un tiempo, muchas empresas no han mantenido un control riguroso sobre la liquidez porque no necesitaban hacerlo.
A corto y medio plazo, la clave será la habilidad para conservar y controlar la liquidez, y los directivos deberán prestar la máxima atención a este aspecto. De igual forma se debe mantener una disciplina en los flujos de efectivo personales y familiares, es decir; no vivir por arriba de tus posibilidades económicas para no afectar a tu empresa.
¿Qué hacer?
Lleva a cabo un análisis crítico del negocio. Establece de manera rigurosa las necesidades de liquidez a corto y medio plazo y proyecta los flujos de caja esperados con base en información financiera realista y fiable. Si no puedes hacerlo por tus propios medios, apóyate en asesores. Necesitarás un análisis serio y profundo para obtener una imagen que corresponda a la realidad Hazlo igualmente con tus necesidades de liquidez personales y familiares.
Para generar liquidez de forma más rápida, negocia las condiciones con tus proveedores para que los plazos de pago se alarguen y con tus clientes, para que los plazos de cobro sean lo más cortos posible. Céntrate en los principales parámetros tales como la diferencia entre días de cobro y de pago. Aun cuando es aparentemente sencillo, resulta muy efectivo: mientras cobres más rápido de lo que pagas inicias con el pie derecho.
Gestiona tus inventarios de la forma más eficiente que puedas: utiliza el “just in time” en la reposición para mantener sus niveles de existencias al mínimo y liquidar productos obsoletos y de lento movimiento. En el corto plazo, es posible que debas sacrificar utilidades para generar liquidez y flujos de efectivo.
Aunque pueda resultar paradójico, analiza si es posible incrementar los precios de tus productos y reducir los volúmenes de unidades físicas vendidas, sin dañar tus utilidades, ya que esto reduce las necesidades de capital de trabajo y, por tanto, de efectivo. Por supuesto, esto debe hacerse con juicio y prudencia, teniendo en cuenta la elasticidad de los precios. Si pierdes demasiadas ventas, pondrás en peligro tu negocio.
Compite con diferenciadores que agreguen valor a tus productos y servicios.
¿Qué evitar?
No comiences a trabajar para un nuevo cliente sin cerciorarte previamente de su capacidad de pago, incluso si has luchado durante meses o años para conseguirlo. Las circunstancias pueden haber cambiado.
Evita la acumulación de cartera o pagos vencidos. Es importante negociar con los deudores nuevas formas y plazos de pago a fin de recuperar aquellos que han quedado retrasados
Controla tus flujos personales y los de la familia para que no gasten ni inviertan en bienes innecesarios. Vive por debajo de tus ingresos y sólo compra lo que efectivamente necesitas.
No entres en la guerra de precios porque generalmente salen perdedores todos lo que compiten con esta estrategia.
- Escucha a tus clientes
“El vendedor de éxito se preocupa primero por el cliente, y luego por los productos.”
Philip Kotler
Tus clientes son el combustible de tu empresa, préstales atención. Una relación cercana con tu cliente te permitirá satisfacer de una manera pertinente sus necesidades. Ellos son tu mejor publicidad. Escucha lo que tienen que decirte, eso te dará una idea de qué cosas estás haciendo bien, qué tienes que corregir y qué puedes mejorar.
¿Qué hacer?
Realiza encuestas periódicas con tus clientes para conocer su grado de satisfacción con los productos o servicios que ofreces. Efectúa visitas de cortesía o llámalos ocasionalmente para verificar que todo vaya bien, no te tomará mucho tiempo y será muy significativo para ellos.
¿Qué evitar?
Evita los largos y tediosos cuestionarios de satisfacción al cliente, estos deben ser concretos y objetivos para obtener sólo la información que te es útil. Cuando un cliente solicite verte no te niegues, si no puedes atenderlo en ese momento, envía al mejor de tu personal y trata de acordar una nueva reunión con él.
- Acércate a tu banco y acreedores.
Jamás negociemos con miedo, pero jamás temamos negociar
John F. Kennedy
Los bancos también atraviesan tiempos difíciles. Dadas las circunstancias actuales, las condiciones crediticias se han endurecido y por tanto necesitarás ser más persuasivo a la hora de buscar un préstamo o de refinanciar tu deuda actual. En muchos casos, habrá severas restricciones de crédito. Los bancos se están centrando más en la calidad de los préstamos y su principal preocupación es conseguir su reembolso. De igual forma busca otras fuentes de financiamiento.
¿Qué hacer?
Trata a tu banco y acreedores como si fueran un socio más de tu empresa. Se proactivo, mantenlos totalmente informados de lo que ocurre en tu negocio y de las decisiones que estás tomando. Avísales con anticipación en caso de que necesites ayuda. Lo último que quiere un acreedor es recibir un aviso con una semana de antelación diciendo que necesitas duplicar tu límite de crédito. Ten en cuenta que los bancos sólo ganan dinero prestando dinero y por tanto desean que prosperes, de forma que ellos puedan seguir financiándote. De igual forma los acreedores quieren tener la certeza de que su dinero está seguro.
Si necesitas crédito de tu banco o de otra fuente y cuentas con asesores, intenta involucrarlos en la negociación, ya que el conocimiento que tienen de tu negocio y su independencia, darán mayor credibilidad a tus planteamientos.
Si lo que buscas es recursos, considera también fuentes de financiamiento alternativas e intenta agotar líneas de descuento de tus clientes, líneas de financiamiento de comercio exterior, financiamiento en pago de deudas, etcétera.
¿Qué evitar?
No caigas en la trampa de pensar que es asunto del banco y de tus acreedores orientarte en cualquier tipo de situación o problema. Si te pones en contacto con tu banco con antelación, podrás conseguir que colaboren contigo, pero se consciente de que la responsabilidad última para resolver cualquier problema recae sobre tus hombros.
- Controla tus gastos rigurosamente
“La disciplina es el alma de un ejército. Hace formidable a un pequeño grupo,
le da fuerza a los débiles y sube la autoestima de todos”.
George Washington
Si quieres mantener tu nivel de utilidades actual, se requerirá un recorte de costos. En épocas de bonanza económica, los costos pueden aumentar sin que este hecho suponga, a priori, una gran amenaza; pero las condiciones más duras exigirán que te centres mucho más en su administración.
¿Qué hacer?
Determina con realismo y prudencia los resultados que esperas y a partir de aquí, evalúa de manera rigurosa qué costos son estricta y realmente necesarios para que el negocio funcione. De igual forma hazlo con tus gastos personales y los de la familia.
Calcula, en función del nivel esperado de ventas, cuál es tu “punto de equilibrio”. Esto te permitirá obtener una adecuada perspectiva de los costos necesarios. Haz un presupuesto personal de gastos.
No dejes piedra sin mover y revisa cada partida. Algunas pueden ser difíciles de ajustar en el corto plazo, pero otras podrían ofrecer un margen para el ahorro.
Presta especial atención a dos de las principales áreas de costos: impuestos y personal (vea los puntos 7 y 11).
Aprovecha si existe, la posibilidad de renegociar las condiciones de alquileres y leasing. Anticípate y no elijas las decisiones difíciles cuando ya no queda otro remedio.
Analiza también los costos variables incluyendo materias primas y consumibles. Mantente atento a las necesidades de liquidez de tus proveedores, ya que podrías conseguir descuentos si les pagas oportunamente o por adelantado.
Da los pasos necesarios para garantizarte el suministro por parte de tus proveedores, de forma que cuando surja una oportunidad de crecimientos en tu mercado, seas capaz de responder.
¿Qué evitar?
No caigas en la tentación de cortar automáticamente la inversión en marketing y ventas. Aunque es un área que resulta fácil y habitual recortar, hacerlo puede tener un gran impacto en tu posicionamiento competitivo, especialmente cuando las condiciones de mercado empiecen a recuperarse. Aún en épocas de desaceleración y recesión el mercado sigue existiendo, pero es necesario realizar un mayor esfuerzo para vender. Es también una buena ocasión para ganar cuota de mercado.
- Revisa tu plan de negocios y la estrategia
“Es necesario alternar la reflexión y la acción, que se completan y corrigen la una con la otra.
También para avanzar se necesitan las 2 piernas: la acción y la reflexión.”
Antoni Gaudí
Las duras condiciones del mercado demandan una estrategia clara, combinada con una dirección centrada e implacable a la hora de su implementación. Cuando las condiciones del mercado cambian rápidamente, no se puede asumir que la estrategia y el modelo de negocio actuales son adecuados. Un cambio en el entorno de mercado puede ser un catalizador para tomar decisiones estratégicas complejas.
Este no es el momento de que tu estrategia pierda el rumbo, pero será necesario detenerse a pensar y revisar detenidamente tu negocio y su futuro.
¿Qué hacer?
Necesitas identificar con claridad tus puntos débiles, las fortalezas de tu negocio, donde residen tus mejores oportunidades y también cuáles son las principales amenazas. Una gestión bien enfocada potenciará tu capacidad para aprovecharte de las oportunidades cuando estas surjan.
Tener la empresa adecuada para seguir adelante, exige que te deshagas de activos y líneas de negocio escasamente rentables. Determina qué productos y clientes pueden proporcionarte mayor beneficio y cuáles ofrecen mayores oportunidades a corto plazo. El resto pueden estar consumiendo recursos necesarios. La venta de una línea de negocios no estratégica o la eliminación de servicios que no agregan valor al cliente, genera liquidez.
Si tienes liquidez o acceso a financiamiento, piensa en incorporar nueva tecnología o en adquirirla de un tercero.
Como estrategia del negocio es recomendable para continuar en el mercado, elegir la ruta adecuada. Puedes buscar mayor rotación de tus productos para intentar ser el más competitivo en precio y vender más, o bien encaminar gran parte de tu esfuerzo en mejorar la calidad de tus productos o servicio para que tus propios consumidores sean un medio para publicitarte.
En tiempos de incertidumbre, las barreras comerciales pueden disminuir o relajarse como consecuencia de las decisiones de las administraciones públicas de determinados gobiernos, creándose así nuevas oportunidades. De la misma forma, los tipos de cambio en los mercados monetarios pueden crear rápidamente un entorno más favorable para las exportaciones o importaciones. Hay que estar atentos a estas tendencias de mercado.
¿Qué evitar?
Es importante comprobar las hipótesis y revisar la estrategia, pero no sientas que debes darle la vuelta al modelo de negocio de la noche a la mañana. Si la estrategia es buena, mantén la calma. Gestiona de manera eficiente la empresa y cree fervientemente en tus posibilidades.
- Optimiza el pago de impuestos
“Aquel hombre que pierde la honra por el negocio, pierde el negocio y la honra.”
Francisco de Quevedo
Los impuestos en todas sus formas representan generalmente uno de los mayores gastos para las empresas e inciden en su liquidez. Por ello, la planificación impositiva y su gestión recobran mayor importancia en este momento en que la mayoría de las empresas sufren la falta de liquidez a consecuencia de la crisis.
¿Qué hacer?
La planeación fiscal juega un papel esencial en momentos de complicaciones con la liquidez y el financiamiento. Es importante que tu negocio realice con suficiente antelación una planeación, sobre todo si requiere incrementar el capital, realizar alguna adquisición, pagar dividendos, e incluso; planear una sucesión o salida abrupta de personal sin incurrir en pagos innecesarios de impuestos.
Revisa que el pago de impuesto sobre la renta (ISR), que los ingresos hayan sido los correctos en lo que se refiere a pagos provisionales, ya que pudiera existir un cambio en la rentabilidad de tu negocio. En caso de tener un cálculo pago superior, al causado puedes solicitar una devolución.
Es importante cerciorarse del aprovechamiento de las deducciones y estímulos fiscales a las que tengas derecho. No olvides tampoco compensar las posibles pérdidas de ejercicios anteriores cuando procedan. La depreciación es otro elemento que debe considerarse, realizando una revisión de activos fijos y en leasing para asegurar que se está aplicando la depreciación correcta.
Controla con apego a las leyes, los principales impuestos a los que está sometido tu negocio y planifica su gestión.
En caso de que tengas algún crédito incobrable o algún deudor se encuentre en situación de concurso de mercantil, recuerda que cumpliendo una serie de requisitos puedes disminuir la base gravable para ISR.
En la retribución a tus empleados utiliza complementos salariales contemplados y permitidos en las correspondientes leyes, tales como vales de despensa y gasolina, fondo de ahorro, seguro médico, servicio de guardería o cursos de capacitación. Estas fórmulas aumentan la retribución neta de los colaboradores y logran que tu empresa sea más competitiva en la retribución del personal.
Verifica si tienes saldos a favor de contribuciones de ejercicios anteriores de los que puedas pedir devolución o compensar contra los impuestos a cargo actuales, recuerda que tienes cinco años para aprovecharlos.
Consulta a tu asesor fiscal para que te ayude a preparar una planeación efectiva con apego a las leyes que reduzca tus costos fiscales. El puede conocer disposiciones que te sean aplicables y que puedes ignorar.
¿Qué evitar?
Aún en tiempos de crisis y con falta de liquidez, no dejes de presentar las declaraciones a tiempo, ya que el retraso representa un costo adicional, más los intereses de demora. Utiliza, si lo crees necesario; los métodos para diferir pagos disponibles, como el pago en parcialidades. Optando por esta alternativa, sólo se devengarán los correspondientes intereses de demora, en cambio; la falta de presentación puede iniciar el procedimiento sancionador, además de los intereses ya mencionados. Tras la solicitud del pago en parcialidades habrá que estar alerta a la fecha de vencimiento.
- Revisa los planes de inversión
“La disciplina es la parte más importante del éxito.”
Truman Capote
Invertir en nuevos activos en un entorno de crisis puede dejarte sin liquidez cuando más la necesitas. Reconsidera tus planes de inversión y cuestiónate si es el momento idóneo para realizarlos y si es lo que tu empresa necesita.
¿Qué hacer?
Ten presente cuál es el mejor momento para hacer una inversión. Si la inversión no es crítica para el negocio, piensa en diferirla. En el caso de activos esenciales trata de negociar agresivamente para conseguir mejores condiciones, pero no dispongas de todo tu efectivo, intenta obtener un préstamo. Antes de realizar una inversión, no olvides ponderar los posibles beneficios fiscales u operacionales contra los costos financieros, especialmente cuando el entorno para obtener préstamos es tan restricitivo como el de ahora.
Intenta comprender lo mejor posible los cargos al capital de trabajo que pudieran resultar de una inversión en particular. El proyecto puede requerir incrementos o disminuciones en el efectivo, cuentas por cobrar, cuentas por pagar e inventario. Estos cambios en el capital de trabajo debieran incluirse en las estimaciones antes mencionadas, así como también el valor económico al final de la vida útil del bien adquirido.
Adicionalmente, ten en cuenta cómo los cambios recientes en las condiciones económicas y las restricciones para obtener préstamos están afectando a tus clientes. Los negocios se van a encontrar en medio de una crisis financiera que le va restringir aún más la obtención de créditos y los ha hecho más caros. Aunado a condiciones económicas recesivas, esto conlleva una moderación en los proyectos de inversión y los gastos para los próximos trimestres. Análisis de presupuestos y razones financieras (tales como valor presente neto y retorno de la inversión) deben incorporar supuestos realistas basados en las condiciones económicas actuales. Esto ayudará a tomar decisiones prácticas para seguir adelante con los planes de inversión.
¿Qué evitar?
Olvídate de las inversiones no esenciales y de aquellas que supongan un cierto grado de ostentación, ya que implican un gasto excesivo y no siempre productivo. Estas inversiones además de prescindibles, pueden ser mal interpretadas en estos momentos.
- Mantente atento a las oportunidades de compra
“Aprovecha la oportunidad en todas las cosas; no hay mérito mayor.”
Píndaro
Si bien las grandes operaciones de fusiones y adquisiciones están reduciéndose, las empresas de tamaño medio continúan activas en este terreno. Algunos negocios con liquidez y acceso a financiamiento ven en el clima actual enormes oportunidades para su expansión y están adquiriendo empresas a buen precio que les permiten complementar su crecimiento orgánico. Es muy probable que aún haya financiamiento disponible para este tipo de operaciones.
¿Qué hacer?
Mantente alerta ante las oportunidades en este momento en que la valoración de los negocios está cayendo y muchos accionistas y propietarios buscan salidas rápidas antes que continuar en un periodo de mayor dificultad económica.
Pide el consejo de expertos para asegurarte de que eliges la empresa adecuada y la valoras correctamente para hacer una adquisición que verdaderamente impulse tu negocio.
¿Qué evitar?
Este no es el momento oportuno para distraerse si la compra no es estratégica o una buena oportunidad. Piensa que la gestión de tu negocio actual requerirá una gran atención durante este periodo de tormenta y no te exijas más de la cuenta. Se también muy consciente de tu capacidad de endeudamiento.
- Relaciona recompensas y resultados
“La recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajo bien hecho.”
Jonas Edward Salk
La motivación es esencial en tiempos de crisis y debes mantener a tu equipo unido y alineado en la dirección correcta. Una vez definidos tus objetivos y estrategias, comunícaselos a los empleados. Repítelos cuantas veces sea necesario y asegúrate de que todos los asumen y de que reciben el premio correspondiente por su consecución.
¿Qué hacer?
Piensa en aquellos comportamientos que quieres potenciar. Los objetivos individuales tienen que estar condicionados por los objetivos estratégicos de la empresa y la remuneración de cada persona tiene que determinarse en función del cumplimiento de estos objetivos. Considera la conveniencia de incentivar al equipo comercial con base en beneficios por unidad, o como resultado de generación de efectivo, y no sólo en términos de unidades vendidas. Condiciona también el pago de bonos al desempeño en utilidades y flujos de caja de la empresa y no sólo al rendimiento de cada departamento o individuo.
¿Qué evitar?
Si tienes implantada una política de bonos (retribución variable en base a objetivos) y no tienes liquidez para pagarlos, lo peor es esconder la “cabeza debajo de la tierra”. Sé completamente transparente y explica la situación a tu equipo. Considera otras alternativas para premiar los esfuerzos durante la crisis.
- Evalúa el tamaño de tu negocio
“Del tamaño del sapo depende la pedrada” (Anónimo)
Lamentablemente, uno de los mayores costos para muchas empresas es el laboral y los recortes de plantilla pueden resultar inevitables en momentos de crisis económica. Estos ajustes nunca son fáciles y es importante ser lo más objetivo posible.
¿Qué hacer?
Considera detenidamente las capacidades, las habilidades y el compromiso que vas a necesitar para sacar adelante a la empresa y para llevar a cabo su estrategia. Ten la precaución de no prescindir del talento necesario, ya que sería un falso ahorro, pues tendrías que asumir la pérdida de productividad y experiencia y un posterior costo de incorporación.
Una vez tomadas las decisiones, comunícalas y actúa con rapidez, integridad y manteniendo la calma en todo el proceso.
Refuerza y motiva a quienes permanecen en la empresa, reteniendo el talento a través de incentivos y planes de desarrollo personal. Durante todo el proceso sé justo y positivo, piensa que tu manera de hacer las cosas afectará a los que quedan de forma positiva o negativa.
Asegúrate de recibir el consejo de expertos, ya que estas decisiones son muy complicadas.
¿Qué evitar?
No debes permitir que las emociones dirijan tus decisiones. Aplica criterios objetivos y razonables para garantizar que las decisiones que tomas son las adecuadas para el negocio y no están basadas en las relaciones personales o en la antigüedad del empleado.
- Utiliza la información disponible
“La información de hoy es el arma del mañana.”
Anónimo
La información es poder. En la mayoría de las empresas se generan reportes, análisis, documentos, indicadores, etc., pero ¿la utilizamos? ¿Sabemos interpretarla?. En gran parte de los casos los reportes que se realizan son por mero cumplimiento y una vez elaborados van directo al archivo.
¡La información es una valiosa herramienta que refleja la situación de tu negocio y siempre está ahí! Lo único que tienes que hacer es analizarla continua y objetivamente y saber a qué reportes e indicadores prestar especial atención.
¿Qué hacer?
Elabora reportes concretos y objetivos, que contengan sólo los indicadores más significativos, eso facilitará en gran medida el análisis de la información.
Compara tus resultados con los de tu sector, existen infinidad de indicadores en bancos de información de diferentes dependencias gubernamentales (INEGI, SE, SHCP, Bolsa de valores, etcétera). De esta forma sabrás si la situación por la que atraviesa tu negocio es la “normal”.
¿Qué evitar?
Evita los reportes largos. En muchos de los casos la información no es revisada porque se encuentra en documentos muy extensos y difíciles de manejar. Puedes apoyarte en libros como “Administración en una Página” de R. Khadem. Te será muy útil en la elaboración de reportes cortos con alto contenido informativo.
- Protege tu salud y patrimonio personal
“El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo.”
Epicuro de Samos
Cuando el negocio está inestable, es muy importante evitar una dependencia innecesaria con él. Necesitas tener una visión clara de cómo separar tus bienes personales de las finanzas laborales. Los prestamistas buscarán seguridad lo mismo en bienes del negocio o en tu propiedad personal. Los empresarios deben tener además cuidado con su persona, la salud del propietario impacta directamente a la salud del negocio, por lo que no debes descuidarte por su causa. Protege tu salud, la de tus colaboradores y de tu comunidad siguiendo al pie de la letra los protocolos de seguridad recomendados por la secretaria de salud del Covid-19. No te la jueges ni minimices los riesgos. Son tu activo más valioso.
¿Qué hacer?
Si has generado rentabilidad y exceso de liquidez que no se requerirá en los últimos años, considera transferirla a una cuenta personal. Si lo peor sucediera, esos fondos pueden estar seguros.
Si como individuo tienes que prestar dinero a la empresa de tu propio capital, en lugar de ponerlo como un préstamo sin garantía, considera hacer un respaldo económico del préstamo bancario adicional o asegúrate de tener una segunda entrada como alternativa. Si tuvieras un cese de actividades, mejoran tus posibilidades de recuperar los fondos.
¿Qué evitar?
Utilizar dinero bueno para solventar dinero malo. Si te ves obligado a poner dinero nuevamente en el negocio, asegúrate de que sea tu decisión, y no lo hagas simplemente porque tienes dinero sobrante, pues es importante que tal reinversión sea planeada y muy bien analizada.
Siguiendo estos sencillos pasos, mejorarás la disciplina de tu empresa y con ello la situación de tu negocio. Como podrás apreciar, todo es cuestión de disciplina personal y empresarial. Quizá cueste un poco de trabajo, pero con los resultados que obtendrás el esfuerzo valdrá la pena.
El orden en el que se encuentran propuestos los puntos anteriores no es necesariamente el orden a seguir, de acuerdo a las áreas de debilidad de tu negocio puedes implementar primero los de mayor urgencia. Te sugerimos realizar un paso a la vez y acercarte a consultores, asesores y especialistas multidisciplinarios. Ellos podrán ayudarte a tomar mejores decisiones y a que tu negocio sea eficiente aún en épocas complicadas y así marcar una diferencia con tus competidores.
Para cerrar quiero compartir la muy conocida pero poco aplicada frase y definición de crisis de Albert Einstein... No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo.
La crisis bien manejada es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y a los países porque trae progresos.
La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar 'superado'. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.
Manos a la obra, la solución de nuestros problemas está en nosotros, respetemos con disciplina y orden las reglas y protocolos de seguridad que nos dictan los expertos.