El reto de las empresas familiares en tiempos volátiles

El reto de las empresas familiares en tiempos volátiles

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La economía global atraviesa uno de los periodos más inciertos de los últimos años. conflictos geopolíticos, avances tecnológicos acelerados y cadenas de suministro impredecibles han creado un entorno cambiante, difícil de anticipar y aún más difícil de controlar.
Algunas empresas familiares ya están sintiendo el impacto.

En este contexto, las empresas familiares enfrentan desafíos particulares. Por su estructura, suelen operar con recursos más limitados, menor acceso a financiamiento y una alta concentración de decisiones en pocas manos. Eso las hace más vulnerables ante los shocks externos, pero también más ágiles si el liderazgo es claro y hay cohesión interna.

Algunas empresas familiares ya están sintiendo el impacto. Los aumentos de costos en insumos, energía, logística y salarios han golpeado los márgenes. La demanda, en muchos sectores, se ha vuelto inestable. La volatilidad del tipo de cambio y las decisiones políticas impredecibles aumentan la sensación de inseguridad. Esto deja en evidencia ciertas debilidades comunes: falta de planificación estratégica, una gestión financiera poco estructurada, dependencia de pocos clientes o mercados, y estructuras organizativas que no siempre permiten reaccionar a tiempo.

Sin embargo, no todo juega en contra. Las empresas familiares tienen fortalezas reales que no deberían pasarse por alto. La visión de largo plazo, el compromiso genuino con la continuidad del negocio, la cercanía con los equipos y los clientes, y una cultura organizacional fuerte son ventajas que pueden marcar la diferencia cuando el entorno se vuelve hostil. Además, en muchos casos, el sentido de pertenencia y la historia detrás del negocio funcionan como un motor poderoso para resistir, adaptarse y encontrar nuevos caminos.

De hecho, ya hay algunas empresas familiares ya están tomando decisiones para adaptarse a este contexto.  Unas han comenzado a diversificar productos, servicios o mercados, buscando reducir su dependencia de un solo rubro o cliente. Otras han incorporado herramientas digitales no solo para vender más, sino para entender mejor a sus clientes, optimizar procesos y tomar decisiones basadas en datos concretos. También hay quienes han dado pasos hacia la profesionalización, incorporando mandos medios con experiencia, diseñando estructuras más claras o formando órganos de gobierno que suman perspectiva sin quitar autonomía.

Lo que une a estas empresas no es el tamaño ni el rubro, sino la actitud. La decisión de enfrentar la incertidumbre como un estímulo para mejorar, y no solo como una amenaza a evitar. Desde mi experiencia en consultoría de negocios, lo que más diferencia a las empresas que logran adaptarse es su capacidad para mirar con honestidad y humildad dónde están paradas y actuar sin demoras. Analizar diferentes escenarios posibles, revisar el flujo de caja, entender la estructura de costos, profesionalizar procesos clave, invertir en talento y tecnología, tener una planeación estratégica, fortalecer la comunicación interna y formalizar acuerdos dentro de la familia empresaria son pasos que marcan una diferencia concreta.

La incertidumbre no va a desaparecer. Pero eso no significa que no se pueda actuar con estrategia. Las empresas familiares tienen una ventaja que muchas veces se subestima: el amor por el negocio y su legado, esto les permite cuidar lo que construyeron, a tomar decisiones que no siempre buscan el beneficio inmediato. En un contexto como el actual, esa forma de pensar puede ser clave para resistir y crecer. Lo importante es no quedarse quietos. Adaptarse no es perder la esencia, es protegerla con inteligencia.

En Salles Sainz Grant Thornton le invitamos a conocer nuestro servicio de planeación estratégica prospectiva, orientado a apoyar a empresas familiares en la construcción de estrategias sólidas frente a contextos inciertos. Nuestro enfoque no solo contempla la planificación en el corto, mediano y largo plazo, sino también el desarrollo de escenarios prospectivos (críticos, conservadores y favorables) que permiten tomar decisiones informadas desde una visión de futuro hacia el presente.

Contar con una estrategia clara y flexible se ha convertido en una necesidad para garantizar la continuidad del negocio y fortalecer su resiliencia organizacional. Estamos convencidos de que, con las herramientas adecuadas, las empresas familiares pueden transformar los desafíos del entorno en oportunidades de crecimiento sostenible.

 

Por Lilia Magali Gutiérrez Patrón
lilia.m.gutierrez@mx.gt.com